Por: Germán Morales Zúñiga, director de la Escuela de Turismo UAO.
Sensibilizar, educar, empoderar y acercar a los niños y niñas de la cuenca del río Amaime a través del arte, el color y la pintura, como medios para que, desde la sensibilidad y el conocimiento local que poseen, se expresen sobre su entorno y, particularmente, sobre su biodiversidad, es lo que busca el concurso de pintura Los colores de la paz y de armonía con la naturaleza. Este concurso hace parte de la línea de trabajo El Corredor Turístico del Amaime se llena de colores, una apuesta del programa Destinos de Paz en las líneas: Paisajes y territorios de paz, Formando líderes para la paz y Cultura para la Paz. Hoy, la compañía Celsia y la UAO potencian esta iniciativa en el marco de lo que será la COP16.
Los pequeños de este territorio se han dado a la tarea de dibujar, expresar y pintar lo que ven a su alrededor, logrando obras de arte que, sin duda, tocarán el corazón y el espíritu conservacionista de quienes creemos en la importancia de seguir luchando por garantizar la vida desde nuestra biodiversidad y sus servicios ecosistémicos. Este concurso, que Celsia y la UAO, a través de su Escuela de Turismo, lideran, premia las 12 mejores obras de arte, las cuales formarán parte del calendario del Corredor Turístico del Amaime 2025: Los Colores de la Paz y de Armonía con la Naturaleza. Además, estarán exhibidas en la sala de exposiciones de la Biblioteca de la UAO durante la COP16, como expresión testimonial de comunidades que se reconcilian no solo con la paz, sino también con su entorno natural.
Los colores de la paz y de armonía con la naturaleza toca hoy los
corazones, las razones y este territorio lleno de vida e ilusiones de quienes encuentran en el arte una oportunidad para expresarse desde el alma de estos niños y niñas, quienes desean mostrar al mundo su sublime manera de expresarse, porque la vida en su entorno es la biodiversidad que llena de servicios ecosistémicos esta comarca y les regala una oportunidad cada día.
Desde un corredor lleno de colores de paz y armonía con la vida, hasta la esencia de pequeños artistas que, desde su manera infantil de percibir el mundo, nos muestran que la biodiversidad siempre estará presente en sus recuerdos y en su forma de relacionarse con ella.
Son colores los que inundan este corredor, son sueños de pequeños gigantes los que hoy se muestran al mundo como obras de arte. Muestran la sensibilidad de niños y niñas que, desde su tesón, el valor local y su imaginación, nos narran las historias de la vida: la montaña, el amigo barranquero, el toche, el colibrí, el pato de torrentes, el águila, la montaña, el frailejón Ernesto, el río Amaime y su manera única de contar esta historia con metáforas de color arcoíris de niños y niñas que sienten que Amaime es su casa.