Por: Germán Morales Z. Docente y Director de la Escuela de Turismo de la Universidad Autónoma de Occidente.

Fotografías: Juan Manuel Quintero, equipo de la Escuela de Turismo UAO y Armando Rojas, Docente UAO.

En el mundo contemporáneo el turismo se ha convirtiendo en una realidad, que poco a poco, escala y escala en el imaginario global, como la actividad del siglo XXI, pero, sobre todo, como la gran oportunidad de los países en su conjunto por desarrollar territorios y comunidades sostenibles. Hablar de turismo es igualmente  hablar de desarrollo local, regional, nacional y mundial, es hablar de cultura, naturaleza, agricultura, educación, medicina, gastronomía, paz, empleo, modernización, infraestructura, mercadeo, eventos, artesanías, y de tantas cosas más que por eso parece que el turismo es un infinito de posibilidades, es una amalgama de sensaciones y una torre de babel de conexiones, donde los países, a pesar de las diferencias culturales, sociales o políticas, se van encontrando y se van dando cuenta que el turismo también es paz, armonía, desarrollo y oportunidades de bienestar para muchas, muchas comunidades.

Claro está, que esto será posible en la medida que el turismo se haga bien y de la manera correcta, pues de lo contrario, y si se piensa solamente desde el marketing, la economía salvaje o el consumismo desmedido de los servicios ecosistémicos y culturales, los territorios, la mercantilización de la cultura, la explotación de las riquezas, de la historia, de la tradición, del agua, de la naturaleza, la fauna, la flora o que estamos ante el nuevo petróleo, el turismo se termina convirtiendo en una posible pesadilla y llegamos a casos extremos como cuando las poblaciones receptoras se vuelven turismofobicas.

En este imaginario, de hacer del turismo una verdadera posibilidad de dialogar, hablar, encontrarnos, y lograr el desarrollo y bienestar de la sociedad y los territorios, es necesario dejar de pensar que el turismo es un cuento bien echado, folclorismo puro, o que es simplemente como dicen algunos radicales del culebrerio turístico, una mentira bien echada, o un eslogan de campaña, NO, el turismo es un sector estratégico y una ciencia (incluso una Multiciencia desde nuestra propuesta) o profesión como muchas otras, donde es necesario entender y saber de temas puntuales que enaltezcan el sector y la profesión, y que ayuden en su verdadero desarrollo competitivo.

Por lo tanto, pensar en turismo y en desarrollo de destinos competitivos hoy en el mundo (lo cual incluye modelos de sostenibilidad), es pensar en un modelo de desarrollo denominado Gestión Integral de Destinos Turísticos, y no es un cuento bien echado o una viajadera por el mundo, es una propuesta técnica, científica, planificada y concertada desde diferentes saberes y artes, desde diferentes aristas del conocimiento científico, comunitario y de otras expresiones del saber, y con una apuesta por modelos de participación, gobernanza y política pública clara sobre la base de las verdaderas ventajas comparativas del destino.

Quiero describir ahora lo que es nuestra propuesta de trabajo Participativa para la consolidación de la Gestión Integral de Destinos Turísticos, que hace parte del Modelo de Desarrollo Local Sostenible para el Turismo que hemos creado y que venimos desarrollando desde la Universidad Autónoma de Occidente desde hace ya más de una década y que incluso algunas instituciones Públicas y Privadas en la región y el país hoy ya aplican en sus procesos de turismo o en la formulación de sus programas de turismo de Naturaleza (algunos dan los créditos otros simplemente la han copiado).

De esta manera, es fundamental entender que no se trata simplemente de un estudio más de consultoría, o de formular un plan o programa con una serie de fases, que cualquier ONG, o institución puede seguir como una receta técnica de estudios previos, sino que lo que se está construyendo es un escenario multimendisional para el Desarrollo Local Sostenible, y en este contexto es fundamental que quien acompañe este proceso tenga la capacidad técnica, logística, operativa y económica para poder seguir en el tiempo acompañando el proceso, además de tener claras las bases del desarrollo Sostenible (ODS). En este sentido será necesario entender de primera mano que la Gestión Integral del Destino se define como la capacidad para saber articular positivamente al sector público, privado y comunitario en un ejercicio de gobernanza territorial a favor del sector turismo como instrumento de desarrollo local y de competitividad del sector, desde elementos como la planificación, el marketing de destinos, la asociatividad y el fortalecimiento del Talento humano, entre otras acciones, que permitan alcanzar las metas propuestas para el Destinos turístico.

 

Por otra parte, es importante reconocer que se trabaja con el territorio en el que se quiere desarrollar una actividad como el turismo desde una mirada de destino turístico que no es más que el espacio de n dimensiones, donde ocurren las respectivas interacciones entre los actores que participan del turismo como instrumento de bienestar y desarrollo local de un territorio geográfico determinado con potencial para el Turismo. De esta manera, la gestión integral de un destino turístico es una mirada de desarrollo local sostenible de un territorio que posee un gran potencial para el Turismo. En este proceso se requiere consolidar un imaginario de gobernanza o un proceso de apropiación por parte de un Grupo de Acción Local, representado por la articulación de lo Público, lo Privado y lo Comunitario, entendiendo cada actor de este triángulo de la gestión su rol en el proceso de desarrollo local sostenible.

Para lograr lo anterior, es necesario apostar por métodos de trabajo que fomenten la participación efectiva de los actores locales en procesos como los de por ejemplo la Investigación Acción Participativa, la innovación Social y el involucramiento del habitante y empresario local del destino en un ejercicio de cambio y transformación social dirigido o auto dirigido en pro del fortalecimiento del crecimiento endógeno de las comunidades de este territorio turístico.

En este proceso de gestión integral del destino es necesario tener claros los pilares de este proceso como son la Planificación y el Ordenamiento Territorial participativo para el Turismo como un instrumento de orientación y prospectiva del camino a seguir en el destino, con metas claras y concretas en busca de la competitividad territorial y sectorial, y de unidades y modelos de negocio efectivos. Aquí no se vale copiar el plan de turismo de otros, o pensar que una sola persona como por arte de magia logrará la meta de sacar el plan de turismo adelante, pues será necesario conformar un equipo transdisciplinario que entienda a la planificación participativa del destino como un ejercicio multidimensional en el que se debe concertar y proyectar en el tiempo con base en el diagnóstico y las ventajas comparativas del territorio en diversas dimensiones o escenarios, en sus verdaderos atractivos turísticos y no en sus recursos potenciales, que es entre otras el error común en muchos destinos cuando piensan en promocionarse. Será igualmente fundamental poder determinar el nivel de competitividad y de sostenibilidad que posee tanto el destino como sus empresarios y emprendedores (cálculo del Índice de Competitividad y de Sostenibilidad), e igualmente como parte de la Inteligencia competitividad del destino será fundamental crear procesos e instrumentos de estadística, data y analítica que desde las cifras reales le den información al sector para la toma de decisiones estratégicas, para ello, pensar un observatorio turístico local es muy importante. Recuerda que los Destinos y su gestión se construyen caminando, hablando con la comunidad local, recorriendo sus ventajas y desventajas comparativas para tomar decisiones desde lo colectivo, por ello, la planificación multidimensional y participativa se vuelve fundamental.

Así mismo, es muy importante para el destino consolidar una verdadera estrategia o plan de marketing de destinos, que está mucho más allá del Instagram y del Facebook, o de ir de paseo a las ferias y eventos del Turismo, porque el Marketing de destinos incluye al city marketing, al city branding y al marketing territorial como instrumentos de identidad cultural, social, económica y empresarial del territorio para su proyección y posicionamiento regional, nacional e internacional. En este contexto será fundamental conocer el mercado, la percepción del habitante local, del turista actual y potencial, que nos permita darnos una idea real del verdadero potencial del destino a la hora de consolidar productos o experiencias, así como la respectiva marca del destino que debe sin duda, obedecer a un ejercicio participativo donde los iconos y valores colectivos de identidad territorial deben aflorar como esa gran oportunidad, y no ser tan básicos como para sacar el papel calcante y copiar la marca de algún destino nacional o internacional, y que de paso destruya la identidad cultural del destino.

De igual manera, en este proceso es necesario mantener un programa de formación que, de competencias para el trabajo, la técnica, tecnología y profesionalización del sector turismo como instrumento de competitividad y mejoramiento continuo de los actores del sector, pues no nos podemos olvidar que es el turismo un sector de servicios de mucha interacción social y en la medida que el factor humano mejore, mejorará la calidad del servicio. Igualmente y en este punto, es fundamental una visión de internacionalización del sector, entendiendo al turismo como un importante sector del comercio exterior, de las exportaciones, de la generación de divisas y de relacionamiento internacional, lo cual implica acciones como la formación en comercio exterior o internacional, y los idiomas, como una estrategia que aumente la capacidad de negociación internacional cuando un empresario o gremio participe en ferias internacionales que deberán ser muy bien aprovechadas no solo en el paseo para alimentar  las redes sociales, sino para la generación de divisas, alianzas estrategias y negocios para el destino.

De igual manera, la gestión del destino debe incentivar los modelos de Asociatividad comunitaria y gremial en pro del fortalecimiento de la gobernanza y del tejido empresarial del destino.

Finalmente, Es muy importante para esta apuesta de Destino poder valorar, considerar y fortalecer la infraestructura sostenible que el destino requiere para su funcionamiento competitivo. En este sentido poder identificar y valorar la infraestructura de conectividad, de planta turística o de atractivos requiere ser identificada y apoyada en su desarrollo, pue si el destino no logra que muchos de sus recursos se conviertan en verdaderos atractivos turísticos, difícilmente se logrará que el sector y el destino sean competitivos y logren su verdadero posicionamiento en el mercado.

De esta manera, será fundamental los estudios participativos que determinen la infraestructura que se implemente en el destino que debe ser complementaria a la identidad cultural local, a sus modelos arquitectónicos,  a su entorno natural, rural o urbano y a lo que son sus ventajas comparativas, e integrándose en verdaderos diseños incluso paisajísticos con una mirada desde la ecología del paisaje, respetando el valor natural y rural de muchos destinos, para que esta infraestructura así sea moderna se acople localmente y apoye la conservación de la biodiversidad local, la identidad cultural y realce la identidad colectiva, de lo contrario se puede caer en el error de implementar infraestructura que agrede, desdibuja, desfigura y rompe la identidad y valor cultural y natural de las tradiciones, la cultura local, la arquitectura patrimonial, la naturaleza y destruye el espacio público y colectivo, transformándolo en algo que la comunidad anfitriona no reconoce como propio y pierde automáticamente su sentido de empoderamiento y pertenencia por la obra y su rechazo rotundo.

Para terminar esta historia no se le olvide que toda esta propuesta que se enmarca en un camino y proceso de competitividad territorial, debe mantener como eje transversal y propósito al desarrollo del destino en Sostenibilidad en cada una de sus dimensiones Ambiental, Social, Cultural y Económica, o incluso en lo que hoy en la Escuela de Turismo de la UAO hemos denominado la Multidimensionalidad del Bienestar Territorial, y en eso sí que debe trabajar el Turismo.

Ahora sí, quien dijo que es muy fácil desarrollar el turismo en una región o localidad, ya se dieron cuenta que es más complejo que llenar una chiva, un bus o una feria de gente o de dedicarnos a montar fotos en las redes sociales, o pintar las fachadas de múltiples colores, así que cuidado con a quien le entrega esta importante labor y responsabilidad en su destino. No vaya y se lo deje peor….

Así que para evitar la turismofobia trabájele a la Gestión Integral del Destino y vera como le va….. el camino esta trazado. Cuando Arrancamos….

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‘Destinos Bilingües’, una apuesta formativa de la UAO para la competitividad del sector turístico – UAO Portal

 

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