Por: Germán Morales Z. Docente y director de la Escuela de turismo UAO
Fotografías: De Aves Juan Manuel Quintero Profesional Escuela de Turismo UAO. Finca el Nilo y Eco Hotel el Castillo.
La zona rural de Santiago de Cali es tal vez una de las grandes ventajas comparativas que posee la ciudad, porque más allá de lo que muchos piensan que Cali es Cali y lo demás es loma, es en esta zona de loma, montaña, pie de monte y valle geográfico donde está el mayor de los potenciales de la ciudad. La zona rural de Cali representa cerca del 80% de la ciudad y guarda lo mejor de la misma representada en biodiversidad, servicios ecosistémicos y una comunidad que desde su resiliencia y resistencia a sabido conservar este baluarte de la caleñidad.
Son 15 corregimientos llenos de oportunidades que nuestra biodiversidad caleña le da a estas pequeñas islas de mega diversidad conectadas por cuencas hidrográficas, que nacen desde el icono de la naturaleza caleña como son los farallones, que le dan a una ciudad como Cali un especial toque de modernidad en medio de la naturaleza. Qué especial y única es Santiago de Cali…
Con una ciudad 80% rural, las posibilidades de hacer de la naturaleza un negocio verde sostenible no se pueden hacer esperar, pues definitivamente esta explosión natural debe darle una oportunidad de desarrollo local sostenible a nuestras comunidades rurales. En esta oportunidad llamada naturaleza, las comunidades rurales de Cali han venido desarrollando emprendimientos, iniciativas comunitarias y negocios en torno a la naturaleza y han logrado crear rutas turísticas de naturaleza que le regalan al mundo, esa oportunidad maravillosa de ver una Cali verde y conservacionista, más allá de la salsa, del gueto, la noche, fiesta, trajes de luces o de simplemente rumba.
En este contexto, Santiago de Cali debe entender que su marca ante el mundo debe ser la de una ciudad de Naturaleza y Cultura del trópico latinoamericano, que guarda múltiples sensaciones y experiencias por descubrir, porque será en ese complemento de naturaleza y cultura que la ciudad garantizará la conservación de su biodiversidad y la salvaguarda de su identidad cultural en una ruta de desarrollo local y de oportunidades para todos.
O zona rural caleña que me llena de sensaciones, anécdotas, nostalgias y de recuerdos, del paseo al río, de la caminata en los senderos o de la elevada de cometa en los vientos de agosto. Zona rural que siempre has estado ahí esperando por ser descubierta por el caleño de a pie y por lograr que como sociedad moderna nos empoderemos cada día más de una ciudad verde, como sin duda lo es y debe seguir siendo Cali. Por estas y muchas razones más, es que el futuro de la ciudad depende de nuestro respeto por lo verde, por el legado ambiental, por la estructura ecológica principal de la vida en Cali, el futuro solo será posible en Cali si es sostenible.
Desde la ruralidad, uno de esos lugares que está en el corazón y la fibra pura del caleño es Pance, porque el río Pance ha sabido ser sinónimo de pueblo, comunidad, sancocho de olla, del picadito entre amigos, del parque de la Salud, y de un espacio que ambientalmente hace parte del imaginario colectivo de los caleños. Y aunque a veces la afluencia de público colapse cualquier posibilidad de paz y tranquilidad lo cual definitivamente hay que cambiar y moderar, Pance siempre estará en el corazón de Cali.
Es por ello, que quienes habitan en Pance vienen trabajando colectivamente por lograr hacer que el resto de la ciudad entienda que Pance sí, pero con orden, planificado, con buenas prácticas y salvaguardando el patrimonio para el futuro.
Hoy el imaginario colectivo en Pance viene haciendo realidad una apuesta de Turismo de Naturaleza sostenible y con calidad, con capacidad de carga, con respeto por el entorno y por ello, de apoco se van viendo nuevos movimientos, liderazgos y manifestaciones civiles y ciudadanas que han decidido cambiarle la cara a Cali desde lo bueno de cada habitante de este paraíso llamado Pance.
Pance se la está jugando por su plan maestro que ordene el turismo y que le dé una oportunidad de desarrollo a este territorio, ya hay una apuesta de ser un destino turístico sostenible caminando y en el frente de trabajo, y los empresarios locales, emprendedores y comunidad se están uniendo porque, a pesar de la división geográfica del Pance de tres mundos, tres universos y tres realidades hoy la consigna es una sola: Pance Sostenible y con oportunidades de desarrollo local para sus comunidades.
Desde estas realidades hay una historia que vale la pena contar y que de a poco se abre paso entre la comunidad de Pance. Esa historia de un grupo de amigos que les dio un día por salir a mirar pájaros, aves, alados, joyas en plumajes de colores, y descubrieron que en Pance hay una gran fortaleza en el mundo del avistamiento de aves que se va volviendo oportunidad de negocio verde. Iniciaron por chicle reuniéndose en el Eco hotel el Castillo con el liderazgo de Gustavo que volvió el hotel un lugar de aves hasta donde incluso llegó uno de los mejores guías del País como lo es Albeiro Uribe, hasta que la fiebre se fue pasando a la comunidad y en medio de balcones de colibríes, de rutas de educación ambiental en el Topacio, o los libaderos del Nilo, de Rutas que te llevan a una Villa en el cielo, se fue creando una cultura de avistadores y ese arte de seguir, observar y fotografiar aves se volvió cotidiano y ha sido una posibilidad no solo de negocio para algunos, sino una manera sana y pedagógica de contarle a todos en Pance que la conservación de las aves debe ser un compromiso real.
Hoy en Pance ya hay un grupo de jóvenes que van haciéndole tributo a las aves con murales, canciones, arte, artesanías y múltiples manifestaciones que salen del alma y del escenario de la admiración por estos seres alados, y por ello más allá de solo pintarlas en murales diversos y de gran calidad, han decidido conservarlas como un tesoro colectivo de esta zona de los Farallones, a través, de procesos de investigación local y educación ambiental, y se la han jugado por hacer una puesta en escena de un homenaje a las aves de Pance en el 1 Festival de Aves del río Pance a realizarse en el corregimiento del 26 al 28 de Agosto.
Ver afiche del Festival aquí
Aquí están Joan Sebastián Hernández Andrade y Melissa Osorio Zapata una joven pareja de Pance que decidió que era necesario lograr reunir en el corregimiento a un grupo importante de instituciones, comunidades, artistas, ornitólogos, operadores y líderes de las aves para pensar colectivamente no solo su uso comercial en jornadas de avistamiento, sino para reflexionar sobre su investigación y conservación de la mano de expertos ornitólogos, guías certificados, líderes y comunidades que entiendan su ecología, etología e historia natural de vertebrados para que definitivamente el canto, vuelo y las sensaciones multicolor de las aves nunca se detenga, porque Pance deberá seguir siendo Territorio de aves….
Consérvalas, admíralas, amalas y déjalas volar, para que su canto te llene de inspiración natural….
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