Por: Juliana Núñez Ocampo, equipo de Comunicaciones de la Escuela de Turismo UAO

La Escuela de Turismo de la Universidad Autónoma de Occidente y la compañía Celsia, trabajan actualmente en el fortalecimiento de los negocios verdes y el turismo de naturaleza como estrategia de desarrollo local sostenible en el Corredor Turístico del Amaime. En este contexto, se ha planteado como eje transversal el fortalecimiento a la educación rural, a partir del proceso de educación ambiental con enfoque hacia criterios de sostenibilidad que hagan posible, en el futuro, que la institución educativa Tablones se convierta en un colegio amigo del turismo.  

Como parte de esta apuesta, el proceso de fortalecimiento ha dado inicio con actividades como seminarios para docentes, proceso de acercamiento a las instituciones educativas para revisar acciones conjuntas y talleres de sensibilización y formación que ayuden al empoderamiento de los niños y niñas del Corredor del Amaime, una zona llena de biodiversidad y servicios ecosistémicos.  

Una nueva acción se ha desarrollado en este proceso como mecanismo de apropiación y empoderamiento para los niños y niñas del Amaime, a través de talleres de sensibilización sobre el valor de la biodiversidad, sus servicios ecosistémicos y la relación de la comunidad local con el ecosistema de montaña y páramo. Estos talleres se realizaron con el apoyo de la institución educativa Tablones, en sus sedes Miguel López Muñoz, en la vereda Toche, y Atanasio Girardot, en Combia. 

 Para Jimena Lizarazo, gestora social de la compañía Celsia: “El proceso de sensibilización y de educación ambiental es muy importante porque los niños, a través de los talleres y lo que ellos dibujan, colorean, plasman y observan en su territorio, dejan allí enmarcados esos dibujos, que nos permiten conocer su percepción acerca de la riqueza ambiental que hay en sus casas, en sus fincas y en el contexto en el que día a día ellos están inmersos“. 

 Según Natalia Lenis, administradora ambiental de la Escuela de Turismo UAO y líder del proceso de educación ambiental en la zona: “Esta iniciativa nace como una oportunidad, no solo para que los niños se sensibilicen sobre las riquezas naturales y culturales que existen en su territorio de alta montaña, sino también para que se inspiren en esa riqueza y puedan realizar dibujos desde su creatividad. Estos dibujos les permiten mostrar, desde su arte, la manera en que ellos aprecian su entorno, cómo funciona y cómo lo sienten desde su perspectiva. Los niños dibujaron lo que más les gusta, como las aves, las montañas, el río y otros elementos que los rodean día y noche, pero que ellos desde pequeños identifican como su hogar y como un lugar que los hace felices. Por esto, es importante darles visibilidad y permitir que sean ellos quienes enseñen, a través del arte, para convertirlos en seres más sensibles con lo que es cotidiano para muchos”. 

Por otra parte, el proceso de sensibilización y educación ambiental ha desarrollado, como estrategia de participación ciudadana y reconocimiento de las comunidades que habitan la zona de la cuenca del río Amaime, y en particular los niños, el primer concurso de pintura: el Corredor Turístico del Amaime se llena de colores. Este concurso tuvo como objetivo incentivar a los niños y niñas del corredor a crear y expresar sus sueños, destacando el orgullo que sienten al vivir rodeados de la naturaleza. 

 Esta convocatoria permitió que los niños del corredor expresaran, con palabras y con trazos, lo maravilloso que es vivir entre la biodiversidad del Amaime. Para la selección de los ganadores, se tuvo en cuenta el concepto de cuatro jurados expertos en temas visuales, color y arte: Juan Carlos Carvajal, quien hace parte del Centro de Producción de Medios Audiovisuales de la UAO y es experto en video y color; José Antonio Bedoya, profesor de la facultad de Comunicación Social, Periodismo y Medios Digitales de la Universidad y experto en fotografía y color; Juan Camilo Sabogal, diseñador gráfico de la Escuela de Turismo, y Paulo Ascue, comunicador y productor del programa Destinos 90, quien comenta que: “Para el corredor, este tipo de iniciativas significa una maravillosa oportunidad de presentar al mundo las bondades de este territorio, el cual quedará inmortalizado de manera impresa y digital, y servirá como insumo de promoción y difusión de sus fortalezas naturales”. 

En este sentido, el líder Jaime Quintero expresó que: “Para el Corredor Turístico del Amaime, fue muy positivo entrar a trabajar en las escuelas, porque reforzamos en los niños y niñas el respeto y amor por el medio ambiente y la preservación de nuestra flora y fauna. Siendo actores y representando cada comunidad, cada sede con este concurso de pintura, que motiva a los niños a ser el cambio que necesitamos para salvar nuestro planeta.  

De igual manera, Viviana Patricia Florián, docente de la institución educativa Tablones, sede Miguel López Muñoz, ubicada en el corregimiento de Toche, asegura que: “Ser parte de este primer concurso de pintura ha sido una experiencia divertida y novedosa, que permite sensibilizar a los estudiantes para detener su mirada en la diversidad de la flora y la fauna que deben cuidar y conservar en estas hermosas montañas. Les ayuda a los estudiantes a ver con fascinación lo que diariamente pasa desapercibido por ellos. También, el acompañamiento de Natalia Lenis, de la Escuela de Turismo UAO, con sus talleres de educación ambiental, aterrizan a nuestros niños en la diversidad de plantas, animales, hábitats de las que ellos disfrutan al vivir en esta zona rural de alta montaña. Es una forma lúdica que les permite identificar relaciones entre todos estos seres vivos en estos ecosistemas con las plantas y animales nativos de la región. Ellos cuentan sus experiencias vividas con esa diversidad y con la vida silvestre que van afianzando en conocimiento, en cuanto al cuidado y conservación con esa biodiversidad de esta hermosa región”. 

En total participaron 26 niños del corredor y se escogieron 12 ganadores que cumplían con los criterios de selección, así como la narración tipo cuento que acompañaba la pintura. En general, los niños y niñas manifestaron en sus cuentos y pinturas que vivir en medio de tanta riqueza natural es una fortuna que deben cuidar y preservar. En varias representaciones se distinguieron: la Palma de Cera, el río Amaime, el trabajo de los campesinos, la cosecha y cultivos, la fauna y la flora que se extienden por todo el corredor. 

Estos dibujos seleccionados forman parte del calendario 2024 del Corredor Turístico del Amaime. Como actividad del proceso, algunos de los niños ganadores visitaron la exposición de arte que se realizó en homenaje a ellos y sus pinturas, en la Universidad Autónoma de Occidente. Uno de los ganadores presentes, Julián Chindoy, de la Institución Educativa Tablones, sede Rita Sabogal, en la vereda Teatino, comentó que: “Lo que más me gustó del concurso de dibujo fue que los niños pudimos demostrar nuestro talento en el arte y representar nuestro corregimiento del Amaime. Me gustó que los mejores dibujos pudieron estar aquí, en esta universidad tan grande y tan bonita”. 

Jimena Lizarazo, gestora social de la compañía Celsia, añade que: “El poder llevar una muestra fuera del territorio, en este caso en Cali, nos da también la oportunidad de que nosotros, los que no estamos en el territorio directamente, conozcamos esa percepción. Asimismo, ayudamos a que los chicos se motiven a valorar lo que hacen, lo que tienen en su territorio y también darles la opción y la oportunidad de que ellos puedan salir y puedan darse a conocer por lo que piensan en esta muestra que se desarrolló. Agradecemos a la Escuela de Turismo de la UAO por todas estas capacidades que tienen de aportarle al desarrollo de las comunidades y también cómo podemos, desde la institucionalidad, articularnos para lograr que estas iniciativas se desarrollen en los territorios de la mejor manera”. 

Finalmente, el profesor y director de la Escuela de Turismo UAO, Germán Morales, comenta que: “Es muy importante para la UAO poder gestionar y participar de este tipo de procesos y llevar a la comunidad local, sobre todo a los niños y niñas, estas posibilidades de explorar desde sus percepciones y vivencias lo que significa la naturaleza y la cultura local, su entorno y cómo proyectan desde el dibujo y los colores su amor por lo que son y lo que representa su entorno, quiénes son valiosos, y sobre todo qué significa el campo biodiverso para ellos. Este proceso nos llena profundamente el corazón, el alma y el compromiso con estos niños y niñas, por los cuales deberemos seguir trabajando para brindarles oportunidades desde la educación, que debe ser el motor de la transformación y el cambio que Amaime necesita, que debe estar más allá del asistencialismo tradicional de las instituciones, donde la comunidad se acostumbró fue a recibir y recibir y no a construir su desarrollo local sostenible”. 

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