Por: Juliana Núñez Ocampo, equipo de Comunicaciones de la Escuela de Turismo UAO.
Fotografías: Natalia Lenis S., equipo de la Escuela de Turismo UAO.  

En el corredor Turístico del Amaime, entre los municipios de Palmira y el Cerrito, se encuentra el corregimiento de Combia, es un territorio que poco a poco se va reconociendo y posicionando por ser uno de los Destinos de Paz del programa de la Escuela de Turismo de la Universidad Autónoma de Occidente, al lograr el desarrollo local sostenible de esta comunidad.  

Desde la alianza con la compañía Celsia, se ha trabajado en este territorio, ubicado en las montañas de la cordillera central Vallecaucana, en temas como la cultura para la paz, con la creación de murales pintorescos que le dan vida a la zona. A su vez, se le apuesta a la formación de líderes para la paz, con las capacitaciones realizadas en el corredor, con el fin de brindar conocimiento para la creación y desarrollo de los emprendimientos y negocios verdes. 

Para Jimena Lizarazo, gestora social de Celsia, “apoyar esas iniciativas y procesos en Combia es muy importante, porque nos permite valorar, a partir de la identificación de las propuestas comunitarias, procesos de conservación ambiental que permitan el desarrollo en las comunidades de manera sostenible, y que la valoración ecosistémica de los recursos que hay en el territorio puedan apreciarse, conservarse y potenciarse. Por eso, para nosotros, es fundamental apoyar esta iniciativa que se tiene allí de la defensa de la vida en Combia“. 

En el marco del programa Destinos de Paz, la línea de paisajes y territorios de paz ha sido un foco central de trabajo. En colaboración, la Escuela de Turismo y Celsia han respaldado la iniciativa local conocida como Preservadores de Vida Combia. Este proyecto comunitario, orientado a la investigación, educación ambiental, restauración y conservación, ha evolucionado en un comprometido proceso local para la protección de una de las joyas más emblemáticas de los Andes colombianos: nuestra palma de cera, árbol nacional. Como parte de este esfuerzo, se ha avanzado en la implementación de un vivero destinado a la preservación de la palma de cera. 

En este sentido, Jaime Quintero, líder de Preservadores de Vida Combia, comenta que: “Para mí, el proyecto de la palma de cera es súper importante, ya que estamos salvando nuestro árbol nacional de Colombia y, a la vez, salvaguardando nuestro loro orejiamarillo, que se encuentra en vía de extinción y se reproduce en la palma. Este proyecto está dejando huella y un gran impacto en nuestro medio ambiente, además de la concienciación que genera en los territorios sobre el respeto y amor por el medio ambiente”. Este es un árbol que se ha ido recuperando, ya que su proceso tarda hasta 100 años, y Jaime se ha encargado de rescatar las pequeñas plántulas de los potreros para luego cuidarlas en su vivero. 

De igual manera, Combia, como santuario de la biodiversidad, guarda entre sus secretos por contar, otra joya del bosque andino tropical de gran valor ecológico y biológico: el pino colombiano Retrophyllum Rospigliosi. Este es otro esfuerzo comunitario que lidera la familia Zúñiga desde la finca Villa Aurita. Trabajan en un prometedor proyecto de investigación, conservación, educación y turismo científico y de naturaleza, en torno al vivero de pino colombiano de Combia, Valle del Cauca. 

En este proceso, Iván Zúñiga, uno de los propietarios de Villa Aurita y en representación de su familia, resalta la importancia de su proyecto y menciona que: “El pino colombiano, Retrophyllum Rospigliosi, juega un papel muy importante para nosotros, por ser una especie nativa en vía de extinción. Este actúa como protector de cuerpos de agua, refugio de varias especies como aves, insectos, roedores, etc., y mejora los suelos degradados, inestables y erosionados”. Las condiciones del lugar han sido ideales para que habiten y crezcan; no obstante, son escasos, debido al acecho al que están expuestos, dado que buscan extraer la madera por la calidad que ofrece. 

De igual manera, como parte de esta apuesta, se viene liderando un proceso de educación ambiental en la zona, con la institución educativa local. Esto permite vincular a los niños al proceso, desde concursos de pintura hasta jornadas pedagógicas en campo, y procesos de siembra y restauración ecológica. Este año, destacamos la llegada de la tercera siembra de palma de cera y pino colombiano en la zona. 

Finalmente, el profesor y director de la Escuela de Turismo de la UAO,  Germán Morales comenta que: “Poder encontrar en las montañas del Valle del Cauca dos joyas de la biodiversidad tropical, como son nuestro árbol nacional, la palma de cera, y encontrar el pino colombiano, es algo que nos llena de mucha alegría y que nos demuestra que en realidad nuestras comunidades entienden el valor de la naturaleza y están dispuestas a conservarla y salvaguardarla. Es por ello que, como una Universidad de la comunidad y para la comunidad, hemos decidido, junto a otras instituciones como Celsia, aportar y apoyar esta iniciativa de viveros comunitarios, para preservar estas joyas andinas. Por ello, esfuerzos como los de Jaime Quintero, con su vivero Preservadores Combia y de don Iván Zúñiga, con su vivero de pino colombiano, son dignos de admirar y apoyar, para el futuro sostenible de nuestra región. En ese sentido, seguiremos comprometidos con la conservación de estos paisajes y territorios de paz”. 

Share.

Dejar un comentario